Hablemos en esta oportunidad de dos frutas que pertenecen al grupo de los denominados cítricos o género Citrus, y que a simple vista son bastante similares. Nos estamos refiriendo a la naranja y la mandarina, y sabemos de ambas que contienen un alto porcentaje de Vitamina C, por lo que el común de las personas las asocia con frutas que ayudan tanto a prevenir o evitar, como a curar los refriados o catarros. Sin embargo, estas frutas presentan algunas diferencias si nos centramos en analizar su tamaño y forma, su textura y sabor, y sus características nutricionales.
En cuanto a su tamaño y forma, en general la naranja siempre tiene un mayor volumen que la mandarina, siendo esta última no solo más pequeña, sino también con una forma más achatada. También poseen texturas relativamente distintas, a diferencia de la mandarina que tiene una cáscara más gruesa, pero más fácil de pelar, aún con las manos, la naranja posee una textura más rígida y lisa, proporcionada por su cáscara más fina y pegada a sus gajos.
Tanto la mandarina como la naranja se componen de gajos que pueden ser separados, y si bien en una naranja se torna más complicado hacerlo, incluso con las manos, con una mandarina es mucho más fácil, aunque también influye la variedad de mandarina de la que se trate. A su vez, la mandarina tiene gajos más gordos que los de la naranja, y se pueden comer casi siempre directamente, a diferencia de la naranja que puede ser también consumida en forma de zumo exprimido.
Ambas frutas se caracterizan por poseer un sabor cítrico, que en el caso de la naranja es mucho más intenso, lo cual se debe a que la mandarina contiene mayor cantidad de azúcares simples. Aunque también debemos aclarar que existen variedades de ambas frutas que pueden ser más o menos dulces.
Analicemos ahora las diferencias entre sus propiedades nutricionales para que podamos conocerlas mejor. Esto nos permitirá elegir una u otra, no sólo por una cuestión de gusto, sino también para saber cuál puede ser en un momento determinado la mejor elección de acuerdo a nuestras necesidades. Por ejemplo en el caso de estar haciendo algún tipo de régimen alimenticio o dieta específica, o simplemente si buscamos beneficiarnos conscientemente de alguna de sus propiedades.
En lo que se refiere al aporte de nutrientes comparando las dos frutas con un tamaño o peso similar (100 gramos), podemos decir que la naranja posee en general valores más elevados en la gran mayoría de nutrientes. Salvo en lo que se refiere a la vitamina A y a los azúcares simples que sí se encuentran en mayor proporción en la mandarina que en la naranja. Pero para que esto os quede más claro, a continuación compartimos un cuadro donde comparamos ambas frutas para que podáis ver las similitudes y las diferencias de forma más concreta.
NARANJA | MANDARINA |
47 calorías
0,20 de grasa 0 mg de colesterol 2,4 g de fibra 87 g de agua 1,40 mg de sodio 8,90 g de azúcares 0,94 g de proteínas 11 µg de vitamina A 0,81 mg de vitamina E 0,087 mg de vitamina B1 38,70 µg de vitamina B9 0,48 mg de vitamina B3 89% de vitamina C de la cantidad diaria recomendada 40 mg de calcio 181 mg de potasio 0,49 mg de hierro
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53 calorías
0,20 de grasa 0 mg de colesterol 1,18 g de fibra 85 g de agua 1,10 mg de sodio 9, 20 g de azúcares 0,1 g de proteínas 34 µg de vitamina A 0,29 mg de vitamina E 0,058 mg de vitamina B1 21,83 µg de vitamina B9 0,41 mg de vitamina B3 45% de vitamina C de la cantidad diaria recomendada 37 mg de calcio 166 mg de potasio 0,30 mg de hierro
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Como se puede apreciar, si bien las dos frutas presentan algunas diferencias, comparten en su gran mayoría propiedades semejantes que son absolutamente beneficiosas para nuestro organismo. Por lo tanto, os animamos a consumir estas frutas durante todo el año y más en su temporada, eligiendo entre una u otra, o ¡combinando ambas a la vez!